La incertidumbre en la que estamos instalados por la pandemia del coronavirus supone para muchos un problema, entre ellos los compromisos nupciales o eventos relacionados con las bodas que no tienen claro cuándo van a celebrarse, de esta forma las moquetas para bodas, flores, cortinas y otros ornamentos quedan a expensas de un futuro incierto.
Muchos profesionales que dan un soporte importante a este sector tienen que lidiar entre la paciencia amarga por no ver llegar ese objetivo certero que tenían previsto y al mismo tiempo por esa ilusión dulce que los mantiene calmados y seguros.
Moquetas para bodas pequeñas
Hacer un uso excesivo de la futurología demasiado pronto puede conllevar errores y son muchas las empresas que con la pandemia no terminan de posicionarse.
En el caso de la decoración para bodas, las moquetas, flores y cortinas han tenido un descenso importante en sus ventas en este año de pandemia por lo que los fabricantes de estos productos han tenido que adaptarse diversificando su oferta y reorientando sus objetivos.
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En la mente de muchos de estos empresarios y emprendedores está también el miedo a invertir, por eso algunos distribuidores de moquetas para bodas, flores decorativas artificiales o fabricantes de cortinas decorativas han rebajado las expectativas para este año 2021, dudando sobre si están preparados ante posibles cambios de paradigmas.
Los profesionales temen no reciclarse a tiempo ante una emergente tendencia a la digitalización en directo de los eventos, los importadores no apuestan lo suficiente por estas nuevas tecnologías o los fabricantes tienen miedo a que se les adelanten sus competidores.
En definitiva las dudas y la incertidumbre hacen reducir la oferta, donde antes se utilizaban cientos de metros de moquetas para bodas y en eventos feriales, ahora todo queda en representaciones simbólicas pero muy bien ornamentadas para inmortalizar un día tan especial con unas magníficas fotos o un corto vídeo.
Pequeñas bodas decoradas con moquetas
Las bodas íntimas o microbodas de no más de 20 invitados son perfectas para celebrar en muchos lugares, como un restaurante para parejas, un jardín idílico o una playa.
En términos de banquete los hábitos cambian inexorablemente y en lugar de menús, se ofrece una comida tipo gourmet, con menos cantidad pero con más calidad e intensificando los sabores con productos naturales.